La película trata de un grupo de ladrones que roban unos diamantes de un banco. Hasta ahí, bien. Los problemas comienzan cuando la codicia humana aparece y cada uno quiere quedarse con el botín para él solo.
En ese momento empiezan una serie de líos entre ellos que no acaban hasta el final de la película (si es que en algún momento acaban). Mientras tanto, hay traición, chivatazos, líos de cama y sobretodo, muchas risas.
Y es que es eso lo que quiero recalcar de la película: el humor que desprende incluso en los momentos de violencia. Se nota el guión de los Monty Pythons y ese humor suyo tan especial. Proliferan los insultos sin sentido, sobretodo contra los ingleses, y los momentos absurdos, como cuando uno de los protagonistas ataca a otro con una patata frita.
Pero como siempre, hay algún actor que lo hace mejor que el resto (o al menos, es más llamativo), y en esta película ese actor es Kevin Kline, el cual recibió un oscar en 1988 por su actuación en esta película. Y digo lo de "llamativo" porque la verdad es que su personaje es inquietante y lleno de excentricismo, así que habría sido llamado la atención aunque lo hiciera Chiquito. Pero primeramente he dicho "mejor" porque creo que lo borda. Y aunque no siempre estoy de acuerdo con el jurado de los oscar, en esta, les doy la razón: hace una actuación espectacular.
Intriga, líos, amoríos y risas. Las mentiras de una mujer hermosa no tienen precio.
Nota final: 8.75/10
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